Las escenas de violencia en las calles cubanas cada vez se hacen más frecuentes, producto de de la escasez de comida y la incapacidad de un régimen de sacar de la crisis a un pueblo que cada vez se hunde más en la miseria absoluta, estas imágenes dantescas son la copia moderna del circo romano.
Tenemos nuestro emperador representado por la dictadura cubana, que con su pulgar decide quién debe morir y quién no, como todo circo que se respete tiene su público que en este caso está representado por el pueblo cubano. Al igual que el Imperio Romano, el régimen de la Habana tiene su coliseo con algunas diferencias, no es en un lugar cerrado, ni con capacidad limitada, el coliseo que escogió la dictadura, para su circo romano caribeño son las calles de la isla, que es donde se enfrentan los cubanos de apie, como gladiadores modernos por un poco de comida.
El nuevo circo romano: La violencia en las calles cubanas.
Las broncas entre los cubanos por una pedazo de pollo o por una caja de cigarros, las golpizas a las Damas de Blanco por parte del régimen de la Habana, los arrestos injustificados de jóvenes opositores y los actos de repudio a los cubanos que piensan diferente se quedaron pequeños delante de lo que sucio días atrás en Santa Clara, ciudad ubicada en el centro de la isla de Cuba.
Esta vez la dictadura lamentablemente subió la parada y la policía mató en plena calle de un disparo a un joven, a la vista de una muchedumbre que su única reacción fue grabar con su celulares el dantesco espectáculo.
El cubano se ha convertido en una persona sin reacción, es como un síndrome de estocolmo generalizado en toda la sociedad cubana, que prefiere culpar de todos sus males a cualquiera y en ocasiones hasta ellos mismo y no señalar a los verdaderos culpables de la situación tan caótica que se vive en la Mayor de las Antillas.
La violencia entre los cubanos y la indolencia por el prójimo es el pan nuestro de cada día en las calles cubanas, es un sálvese quien pueda, es como el circo romano que todos pelean contra todos y desde lo alto el dictador de turno y sus más allegados observan el espectáculo que ellos mismo han montado, en complicidad con un pueblo que prefiere bajar la cabeza y no enfrentar su realidad.
Cuba es un país sin rumbo, ni esperanza, por eso todos escapan de la isla, en busca de un mejor futuro para ellos y su familia. Siempre van a quedar algunos que no pueden irse para ningún lugar, son los que tarde o temprano van a tener que tomar una decisión o siguen muriendo en la arena del Gran Coliseo cubano o hacen como Espartaco y conquistan su libertad. Del pueblo cubano depende su futuro, mueren lentamente como esclavos o mueren como hombres dignos en busca de su libertad.