Los hijos e hijas de la orisha Yemayá, al igual que todos los seres humanos tienen virtudes y defectos. En Cuba se tiene a la santa, como una deidad bastante inflexible al momento de castigar pese a considerarse una madre comprensiva y amorosa.
La deidad es la dueña del agua salada y entre los seguidores de la Santería Cubana es muy venerada dentro y fuera de la isla. Para sus devotos Yemayá es considerada la madre de todos los hijos de la tierra y representa el útero en cualquier especie o fuente de vida. Al tener el dominio de las aguas del mar y sus criaturas, se le asocia con las olas y su movimiento impetuoso de derecha a izquierda como su carácter.
Los hijos de Yemayá se comportan como los padres y madres de la humanidad.
Los hijos salidos del caldero de Yemayá, es muy frecuente que vayan por la vida asumiendo con buena voluntad responsabilidades que no le corresponden, es que la virtud de ayudar al prójimo se convierte en uno de sus más grandes defectos, llegan a sacrificarse a tal punto para brindar una ayuda, que son capaces de compartir todo lo que poseen con otras personas.
Situación que en la mayoría de los casos los agota física, espiritual y financieramente, terminando al final de la jornada desgastados y decepcionados de la humanidad.
Los hijos de Yemayá terminan revelando secretos sin malas intenciones.
Para los practicantes de la religión Yoruba, no es un secreto que los hijos de Yemayá hablen más de la cuenta, pues son personas curiosas y parlanchinas, esta característica encaja muy bien con la forma de ser de los cubanos y los vuelve extremadamente comunicativos, terminando por revelar algún secreto, aunque no lo hagan de mala intención.
Un hijo de la diosa dueña de los mares y representante del útero que es donde nace la vida de los seres humanos, tienen aires de grandeza, se creen invencibles y siempre son los primeros en dar el paso al frente para enfrentar cualquier adversidad. A los hijos de Yemayá en ocasiones se le olvida que son humanos y pretenden emprender todas las guerras incluso las que no le pertenecen.
Los hijos de Yemayá, nunca admiten una injusticia.
Un hijo de Yemayá no admite las injusticias y a menudo se convierte en juez, tienden a juzgar a las personas, olvidando que esa función solo le corresponde a Dios. Como dice un viejo refrán afrocubano:
“Si quieres llevar la fiesta en paz con un religioso nacido de la sopera de Yemayá, procura no contradecirlo, pues estos no toleran este tipo de situaciones”
Los salido del caldero del agua salada (Yemayá), son de carácter fuerte, lo que les hace tener una coraza que utilizan como fachada ante el mundo, pues ellos no le entregarán el corazón a cualquiera.
Cuando reciben una mala acción estos se muestran enrarecidos y turbulentos como el mar, pero con el paso del tiempo pueden perdonar lo sucedido y en el mejor de los caso olvidarlo, porque entre sus defectos o virtudes se encuentra la falta de memoria que a veces los hace repetir el mismo error.
La Santería Cubana respecto a los hijos de Yemayá nos enseñan sus características, es que se tratan de seres voluntariosos, fuertes y rigurosos, que en ocasiones pueden ser impetuosos, maternales o paternales y arrogantes son como el yin y el yang. Por eso es que su carácter es cambiante como el mar, que de pronto pueden ser calmados y de pronto alterado. Por eso esta orisha es muy querida y venerada en la isla, porque en esencia así somos los cubanos.
Un comentario
Me encanta todo lo que publican sobre Yemaya es una forma más de aprender cosas q no sabemos sobre ella .