En Cuba en la época de la república, existieron muchos personajes pintorescos, que como la arquitectura y la historia forman parte del paisaje de las ciudades cubanas, hay muchos ejemplos como el Caballero de París, el Andarin Carbajal, el boxeador Kid Chocolate y Bigote Gato, que también perteneció a ese selecto grupo.
Este personaje a pesar de no haber nacido en Cuba tiene todas las características que distinguen a los nacidos en la isla, fue dueño de un bar en la Habana, corredor de Fotingos, fue presidente de su propio club “Los Noctámbulos”, Bartender y hasta filósofo, que más se le puede pedir a este asturiano para considerarlo un cubano más.
La Historia de Bigote Gato.
Su nombre de pila es Manuel Rodríguez Pérez, según se dice nació en Santullano de la Regueras, en Asturias, España el 13 de diciembre de 1910. El que años después fue bautizado como Bigote Gato. Llegó a la Habana con 12 años, con su pelo largo y su boina roja prenda típica de los nacidos en Asturias. A todos les decía que había llegado a Cuba con Cristóbal Colón, porque ese era el nombre del barco que lo trajo. En su juventud ya mostraba un bigote que le media de oreja a oreja.
Fue dependiente en una fonda por 20 centavos diarios, trabajó en el bar de la cerveza Hatuey, de Concha y Cristina, por un salario de 12 pesos al mes, cantinero en un bar del Cotorro donde aprendió el oficio de bartender y se hizo muy popular por su original mostacho, de color negro, incriblemente largo, parecidos a un timon de bicicleta y sus puntas las torcia con sus dedos para mantenerlos siempre hacia arriba.
Se paseaba sin ningún complejo exhibiendo su bigote, sin importarle las burlas que generaba a su paso, por el Cotorro, Luyanó y Ciudad Habana donde se hizo muy popular. Siempre que le hacían una entrevista decía que tenía el bigote de nacimiento y que nunca se lo había cortado. El compositor Jesus Guerra Zayas, de la orquesta la “Sonora Matancera” le compuso en 1944 un guaracha en su honor que le llamó Bigote Gato.
La canción se hizo muy popular en la voz del cantante de la Sonora Matancera, el puertoriqueno Daniel Santos y se escuchó en todas las emisoras de radio y en las vitrolas de los bares de Cuba. De los personajes excéntricos de aquella época en la Habana, solo Bigote Gato y el Caballero de París, fueron inspiración de compositores y cantantes habaneros.
¿Cuándo Bigote Gato inauguró su propio bar club?
Cuando Bigote de Gato, llevaba más de 20 años en Cuba y después de trabajar sin descanso, el 1 de marzo de 1947 inauguró su propio bar club y lo nombró “Bigote de Gato”. Estaba situado en la calle Teniente Rey número 308, todos los habaneros querían pasar por su bar y conocer a este pintoresco personaje.
En muy poco tiempo se convirtió en el lugar de encuentro de la bohemia habanera, se cuenta que todos los meses a las tres de la mañana se ofrecía en el local una comida criolla gratis: lengua estofada, rabo encendido y dulce de guayaba con queso blanco. El bar tenía su propio slogan creado por su dueño…”Primero conozca a Cuba y Después visite a Bigote de Gato”.
“Los Noctámbulos”, el club que fundó Bigote Gato.
La fama del bar “Bigote de Gato” alcanzó su máxima expresión cuando el propio asturiano fundó su club Los noctámbulo, llegó a tener 500 miembros, con los que Bigote de Gato llegó a protagonizar un programa de humorístico de televisión El Tribunal de los Locos, donde este estrafalario personaje era su presidente.
Para poder pertenecer al exclusivo club había que cumplir algunos requisitos como que la edad tenía que ser entre 18 y 100 años, permanecer en el bar de las 12 de la noche hasta las 6 de la mañana, todo el que se pudiera comportar era bienvenido, no se podía hablar de raza ni de religión, eran un lugar para la gente bohemia y que adoraban al Dios Baco. Siempre repetía que era el único bar del mundo que los clientes eran los dueños.
Bigote Gato fue campeón de una carrera de fotingos.
Con su cacharro un Chevrolet del año 1926 Bigote Gato, ganó una carrera de fotingos. Era una competencia que se celebraba en el malecón habanero de carros viejos, llenos de remiendos y adaptaciones se puede decir que fueron los pioneros del “ tuneo”(competencias clandestinas que se celebran en Europa, de carros que imitan a los autos de carreras).
Con su viejo chevrolet, también se paseaba todos los domingos por el malecón habanero repletos de bellas mujeres preferiblemente mulatas por las que sentía especial atracción.
Su Chevrolet descapotable, al que le llamó el Cohete de Bigote Gato, lo tenía repleto de carteles y anuncio de su bar y el club y así le así promoción a su negocio cuando se paseaba acompañado de sus preciosas mujeres, por los carnavales habaneros.
Bigote de Gato También fue bartender y filósofo.
El mismo invento exclusivos cocteles y tragos que servía en su bar como…”Esperame en el Cielo”, “Atila frente Roma”, “Cuba en Llamas” y el trago “Bigote de Gato”no podía faltar, que según él tenía poderes afrodisíacos y podía levantar el ánimo a cualquiera antes del acto sexual, los ingredientes eran raíz de garañón, jengibre, ajo y limón, la raíz de garañón no podía faltar porque sino decía que el efecto era contrario.
Si alguien necesitaba alguna ayuda moral o económica siempre se podía contar con Bigote Gato. Consejero en el amor y como buen filósofo tenía su frase célebre que decía…”En cosas del amor, los hombres siempre llevan la peor parte, por que no es lo mismo abrir un libro que sacarle punta a un lápiz”.
¿Cuándo falleció Bigote de Gato?
Por su bar pasaron muchas personalidades de la farándula de las noches habaneras, Manuel Rodriguez Perez(Bigote Gato). Tenía fotos que la exhibía con orgullo con el Caballero de París, que era uno de los que pertenecía a su selecto club, el escritor Hemingway, Eva Gardner y hasta Sinatra no perdieron la oportunidad de conocer a Bigote Gato.
De su familia se sabe muy poco, se dice que tuvo un hijo que le llamaba Profundo, que vive en Hialeah(Florida) y tiene un nieto en Madrid que se llama Javier de la unión de Profundo con su esposa Nora, sobre su vida privada siempre fue un misterio, de esta especie de Don Quijote caribeño, que rozaba lo cuerdo con la sana locura.
Bigote Gato muere casi olvidado en un asilo de anciano en la Habana, el 11 de julio del 2003, casi con 100 años de edad, marchó como los grandes, con su genio y figura hasta la sepultura, su bigote que nunca se corto que fue su sello característico y su boina roja que trajo de Asturias.
De su bar ya saben ni Bigote Gato se salvó de la expropiación y como era un personaje que representaba esa Cuba próspera de los años 50, lo relegaron al olvido para que las nuevas generaciones no lo conocieran y nadie tratará de imitar su sana locura.