Restaurante Moscú de la Habana.

Aquí en Miami es costumbre de los cubanos  reunirse los fines  de semana en casa de algún amigo para disfrutar de un asado y tomar algunas cervezas, y como es de esperar donde se reúne más de dos cubanos siempre terminan las conversaciones hablando de Cuba, su isla bella que nunca olvidan. Por qué los cubanos nos vamos de Cuba pero Cuba nunca se va de nosotros.

Esta vez la conversación giró alrededor de los famosos restaurantes que habían en Cuba, en especial en la Habana se mencionaron muchos, que si en el Mandarian se comía el mejor arroz frito de Cuba, otro decía que el Pio Pio un famoso restaurante que servían pollo en todas sus variedades. Hasta que un señor llamado Luis, de unos 65 años que escuchaba  la discusión dijo que el mejor restaurante de la habana era: El Moscú.

Luis y su historia del Restaurante El Moscú.

Todos por respeto hicimos un gran silencio y Luis empezó a contar. El Moscú lo recuerdo con mucha nostalgia. En el pase momentos inolvidables que siempre estarán en mis memorias, compartí  con amigos entrañables y celebrando acontecimientos que marcaron para siempre mi vida.

Recuerdo prosiguió Luis, cuando mi madre me llevaba a celebrar los cumpleaños de mi hermana, causándole una gran impresión el majestuoso lugar. También recordó haber subido por el ascensor hasta una planta de puntal muy alto, que tenía en el techo unas enormes vigas de madera muy pulidas y muchas luces y una interminable fila de mesas a lo largo del salón que me parecía infinita, atendida por un número innumerables de camareros.

Avanzada mi adolescencia siguió contando Luis. Lo visitaba con mucha frecuencia, aficionandome al plato estrella del lugar, «La Sopa Salianska”, elaborada con trozos grandes de carne de res que le daban un gusto muy particular y hasta los mismo cocineros rusos debían quitarse el sombrero. 

Disfruté mucho la música en vivo del lugar que era una de sus atracciones.A cargo de una agrupación en la que recuerdo la voz del  cantante Mayito Darias que cantaba música campesina cubana, al que conocí personalmente y mantuve siempre una buena amistad aseguró Luis. 

Todos estamos muy atentos a su historia, Luis es un hombre de pocas palabras pero sus recuerdos del restaurante El Moscú le salen del corazón, y continuó contando. Ese lugar era mi preferido cuando quería impresionar a una chica, conocer todos sus rincones y muchos de los nombres de los camareros, los integrantes de la agrupación musical y los platos más exquisitos de su cocina me daban ventajas ante mis conquistas.

Contó Luis que ahí se sentiacomo pez en el agua y por supuesto aquello le funcionaba, ahí dijo compartí los momentos más hermosos junto a mi novia, que después se convirtió en mi esposa y compañera de mi vida. Ahí Luis paró de contar y todos notamos cuando se le hizo un nudo en la garganta. De su esposa no supimos su nombre y después nos enteramos que hacía poco había fallecido. 

Después que Luis contara su historia me quedé pensando, que había sido del restaurante Moscú y decidí investigar más. 

El restaurante Moscú de la Habana y su final.

El restaurante Moscú tenía una posición envidiable, muy cerca de la popular calle 23, el tramo conocido por “La Rampa”,  exactamente frente a los estudios de televisión de la calle P y 23 y rodeados de otros restaurantes distinguidos de la Habana, hoteles y clubes nocturnos, en una Habana nocturna muy animada y bohemia.

En el local que se encuentra el restaurante Moscú fue en los años 40 y 50 el famoso cabaret Montmartre, que recibió visitas de artistas de renombre mundial como Edith Piaf, Cab Calloway y Nat King Cole,, además fue sitio predilecto de la luna de miel de Ava Gardner y Frank Sinatra en 1947, donde el dueño del lugar le regaló una torta nupcial de cortesía. Pasando el Montmartre a ser parte de la Cuba que se perdió.

Con la llegada del dictador Fidel Castro al poder empezaron las nacionalizaciones, el famoso recinto dejó de ser casino y cabaret y para congraciarse con la Unión Soviética en la década del 60, pasó a ser el restaurante  Moscú. Las noches de boleros llegaron a su fin y el espacio quedó ocupado por platos de la cocina rusa, como el Palmeni, Shashlik, Borchs y Uja y la ya mencionada sopa Salianska el plato preferido de los habaneros.

Era en la Habana de los mejores lugares donde se comía, los empleados eran de la vieja escuela, por lo que el trato hacia los clientes era excelente.

En el año 1989 un incendio selló la suerte del lugar, se dijo que había sido una filtración del piso de arriba, de una caja de beber agua del comedor de los empleados que por un agujero que había en el piso productos de las reparaciones del lugar, hizo contacto con unos cables eléctricos que produjeron el siniestro y la destrucción total del restaurante Moscú.

Otros aseguran que fue intencional y se lo atribuyen al dictador Fidel Castro, que en un ataque de ira por la caída de la Unión Soviética y el bloque comunista de Europa del Este, lo mandó a destruir.

Con el incendio del lugar se cerraba unos de los tantos recuerdos de personas  que como Luis  disfrutaron de aquel lugar que formo parte de la vida habanera. La ciudad nunca se recuperó de aquel duro golpe y era el comienzo de una dura etapa de destrucción que llega hasta nuestros días.   

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