La frita siempre formó parte del menú de los cubanos, que caminaban por barrios y calles de todas las provincias de Cuba, en especial en La Habana. Era un alimento barato por eso no es raro ver pequeñas colas en los puestos de frita a la hora del desayuno, merienda, almuerzo y comida.
Los carritos de fritas aunque eran pequeños estaban equipados con todo lo necesario para cocinar la exquisita frita cubana, en el costado tenía un baloncito de gas conectado a una pequeña cocina que eran donde se freían las fritas, también en la base tenían ruedas para poder moverse por la calles cubanas con facilidad.
Algunos lograban conectarse con alguna fuente de electricidad y tenía una buena iluminación. En cambio otros se valían de la luz de algún portal del comercio donde se ubicaban. El fritero era como se le llamaba al que elaboraba y vendía en el puesto las fritas cubanas, era casi siempre el propietario del carrito y eran muy hábiles y complacientes con los clientes a la hora de preparar las diferentes ofertas.
El origen de la frita cubana.
Un olor cárnico precedía y anunciaba las apetitosas fritas cubanas, haciendo la boca agua a clientes y transeúntes invitándolos a probar el sabroso manjar. Se servían con un suave panecillo redondo al que el interior se le untaba una fina capa de salsa de tomate que acompaña a la mezcla de carne de vaca con chorizo, condimentada con diversas especias cubanas.
El primer carro de frita se dice que estuvo ubicado en la esquina de Zapata y A en el Vedado, fue la cuna donde la frita cubana vio la luz y de ahí se mudo a Paseo y Zapata. Un emigrante español, vendedor de carbón que le apodaban el gallego Sebastian Carro, fue a quien se le encendió la chispa al aparecer el gas como combustible doméstico para cocinar. Así decidió dejar el tizne de carbón y probar suerte con una cocina portátil en un carrito que podía llevar a todos lados, ganando así la paternidad de la frita cubana.
Quizás ni él mismo sabía que con su invento estaba abriendo paso a lo que se convertiría en la reina de la gastronomía callejera cubana, desplazando incluso a los famosos hot dog y hasta los tamales cubanos. Solo el café con leche le podía disputar el sitio de honor a la frita cubana. Ilustres figuras de la cultura y la política cubana de la época, incluso hasta visitantes famosos, atestiguan del lugar que ocupaba en la vida de los residentes de la Mayor de Antillas en especial en la capital de la isla, la frita cubana.
Tanto fue así que según escribió el historiador de La Habana el doctor Emilio Roig de Leuchsenring, cuando en marzo de 1930 Federico García Lorca visitó la capital cubana, después de frecuentar bares y cafes en la madrugada acompañado por su paisano y musicólogo Adolfo Salazar terminaba sus noches degustando una exquisita fritas cubana de un puestecito que se encontraba en Marianao.
Receta tradicional de la frita cubana.
El secreto del sabor era la manteca con pimentón que agregaban al picadillo. Dicha manteca provenía de las latas de chorizo, ya sin el embutido que los bodegueros le vendían al fritero.
Ingredientes de la frita cubana.
- 1 libra de carne de res molida.
- 1 cucharadita de cebolla picada pequeña.
- 3 dientes de ajo.
- 1 cucharada de pimentón.
- 2 cucharaditas de sal.
- ¼ cucharadita de pimienta molida.
- ¼ cucharadita de comino.
- ¼ cucharadita de orégano.
- 1 cucharadita de mostaza.
Preparación de la frita cubana.
Mezcle la carne molida con los ingredientes. Unalo todo bien y dele forma de bolita que luego se aplastan con la mano, para así formar la frita. Si la vas usar el mismo día, déjalas reposar en el refrigerador por 2 horas, para que todos los ingredientes se impregnen bien la carne.
Si no la va consumir todas el mismo día, puede guardarlas en el congelador envueltas en un papel encerado, ponle un pedazo de papel entre una y otra para que no se peguen descongelarlas parcialmente antes de freírlas o cocinarlas a fuego lento para que no se quemen.
Para cocinar las fritas unte la sartén con una pequeña cantidad de grasa, dorelas por un lado y otro hasta que estén cocinadas. Sírvase dentro de un pan con mostaza, salsa de tomate, papas fritas bien finitas estilo juliana y cebolla picadita en encurtido. ¡Listo a comer!.
Un comentario
Muy bueno el artículo. Hubiera querido ver mencionar al café Raúl en Marianao donde la frita constituyó una tradición marianense , fuera de sus alrededores muchos asistían a ese lugar por la exquisitez de las fritas. Pasemos las recetas de nuestras sabrosas fritas y otros platos de nuestra cocina a nuestros hijos y nietos acá en el exilio ya que por el bloqueo que el gobierno cubano le ha impuesto a nuestro pueblo por mas de 6 décadas en la isla se han perdiendo gradualmente nuestras tradiciones entre ellas las culinarias desde luego. Viva Cuba Libre! Patria y Vida!